Fatiga Zoom: cuando una videollamada se convierte en una pesadilla

Después de una reunión virtual con Zoom, ¿experimenta los siguientes síntomas: ansiedad generalizada, cansancio perpetuo, molestias intestinales, migrañas y sensación de agotamiento? No se preocupe, no estamos aquí para decirle que padece un síndrome grave e incurable, sino simplemente un pequeño efecto negativo del Lugar de Trabajo Digital.
Pero si estás experimentando algunos de estos síntomas, probablemente estés sufriendo Fatiga Zoom. ¿Qué es y cuáles son los efectos negativos sobre nuestro organismo? Y, sobre todo, ¿cuáles son los remedios para evitar los efectos secundarios de la Fatiga Zoom? Descubrámoslo juntos en este artículo.
Zoom Fatiga: qué es, síntomas
Cada vez son más las personas que se sienten agotadas y completamente exhaustas después de una videollamada online en Zoom. Algunos incluso se quedan dormidos debido a la fatiga acumulada tras horas de videollamadas o videochats virtuales. Este fenómeno ha tomado tales proporciones que se ha acuñado el término Fatiga Zoom. Pero no sólo afecta a las videollamadas o videochats realizados con Zoom, sino con todas las plataformas online como Google Hangouts, Skype, FaceTime u otras interfaces virtuales del mismo tipo.
Los efectos negativos de la Fatiga Zoom
Hacer una videollamada con Zoom nos pone en una situación en la que nuestro sistema cognitivo está ocupado en múltiples tareas (porque es estimulado por múltiples estímulos), pero sin poder mantenerse concentrado en una tarea en particular. Los psicólogos llaman atención parcial continua al trabajo que nuestro sistema cognitivo intenta hacer cuando es estimulado por múltiples factores externos y tiene que realizar varias tareas al mismo tiempo. También puede ocurrir en entornos reales, pero los virtuales en particular tienden a recrear esta situación de alto estrés cerebral.
Por ello, las videollamadas, videoconferencias y chats virtuales, aunque se supone que son una herramienta de trabajo colaborativo, en realidad no funcionan de forma colaborativa, sino compartimentada: es decir, una o dos personas hablando y las demás escuchando pasivamente.
Además, como es preferentemente la persona que habla la que se muestra, no podemos ver las reacciones de los demás participantes que permanecen en silencio y que, en una situación normal (es decir, de presencia), podríamos percibir.
La acción de dividir nuestra atención durante un periodo prolongado de tiempo sobrecarga enormemente el sistema cognitivo y uno tiene la impresión de haber realizado una tarea extremadamente dura, cuando, en realidad, la única acción que realizamos fue la de escuchar. El problema está relacionado con el hecho de que nuestro sistema cognitivo se encuentra en una situación de sobrecarga de información. Además, sigue buscando las típicas señales no verbales presentes en una discusión, pero que no encuentra en una videollamada en línea o en una videoconferencia en Zoom. En cambio, una llamada telefónica tradicional estresa menos a nuestro sistema cognitivo, ya que sólo transmite la voz de la persona y eso es exactamente lo que esperamos.
¿Cuáles son las soluciones a la fatiga de Zoom?
Atención a la organización
- Organice videoconferencias Zoom sólo si son necesarias y, en los demás casos, realice simples llamadas.
- No hay que imponer la obligación de encender la cámara. Y, sobre todo, hay que ser un poco más comprensivo con las personas que no quieren tener la cámara encendida todo el tiempo que dura la reunión virtual.
- Colocar la pantalla a un lado en lugar de delante puede ser una solución que ayude a la concentración. De hecho, debería darte la impresión de estar en una sala contigua y, por tanto, causar menos fatiga.
- Utiliza métodos alternativos a la reunión virtual con Zoom. Muy a menudo, los archivos compartidos bien estructurados son más explicativos que una reunión virtual que dura horas y durante la cual nadie escucha. De hecho, de esta forma evitas la sobrecarga de información típica de una reunión virtual Zoom y das a tus colaboradores la oportunidad de leer con calma y, sobre todo, detenidamente todos los datos contenidos en tu archivo compartido.
- Si organizas reuniones virtuales Zoom especialmente largas, sería mejor programar pausas y periodos de transición de al menos 10-15 minutos. De hecho, no sólo los participantes se beneficiarán de esta pausa, sino que también usted, como ponente de la reunión virtual, podrá respirar aliviado. Estas pausas o transiciones son importantes para refrescarse y volver preparado y concentrado para la continuación de la reunión virtual.
Videoconferencia Zoom en plein air
Seguir o participar en alguna videoconferencia al aire libre puede ser una forma estupenda de aumentar la concentración durante una reunión virtual. Especialmente si se encuentra en un lugar soleado, un chute de vitamina D le ayudará a reducir los niveles de estrés y a mejorar su capacidad de atención. Además, un cambio de perspectiva respecto a un lugar cerrado le ayudará a sentir menos la fatiga causada por la videoconferencia.
Dedicar parte del día a la actividad física
Si te pasas todo el día trabajando a distancia, deberías pensar en reservar pequeños descansos para hacer actividad física, aunque sea mínima. Por ejemplo, haz algunos estiramientos, da un paseo de 10 minutos al aire libre o incluso simplemente ve a por un vaso de agua. La actividad física reduce el nivel de hormonas del estrés y da un empujón a tu concentración, nada mejor para evitar la fatiga del zoom. No dudes en escuchar las señales que te envía tu cuerpo. Después de una larga y agotadora videoconferencia, tienes derecho a regalarte un rato de fitness que redundará en beneficio de tu productividad.
Una hora al día: cero tecnología
Para disminuir los niveles de estrés provocados por un uso excesivo de las plataformas de reuniones en línea, es aconsejable tomarse una hora de descanso de todos los medios tecnológicos. Pon el móvil en modo "no molestar" e intenta resistir incluso la tentación de utilizar las plataformas de redes sociales online. Dedícate a actividades al aire libre o que pongan en marcha tu creatividad.
La regla del 50-50
La coach ejecutiva Anitha Balaraj recomienda adoptar la técnica del 50-50: por cada 50 minutos que pases delante de una pantalla, tómate un descanso y mira por la ventana un punto situado a 15 metros. El secreto está en liberar la mente del cansancio provocado tras una videoconferencia en Zoom y recargar las pilas mientras se disfruta de la vista panorámica. Después estarás listo para reanudar tus reuniones con un menor nivel de estrés.
Artículo traducido del italiano