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¿Qué es el asiento de regularización y cómo calcularlo? Ejemplos prácticos

¿Qué es el asiento de regularización y cómo calcularlo? Ejemplos prácticos

Por María Fernanda Aguirre & Emma Gil

Actualizado el 12 de junio de 2024, públicado inicialmente en 23 de marzo de 2021

Llevar la contabilidad de una empresa consiste en realizar un registro y hacer un seguimiento de sus gastos e ingresos en diferentes asientos contables y según las partidas determinadas por el Plan General de Contabilidad para dicho fin.

En este sentido, el asiento de regularización es aquel que refleja el comportamiento de la actividad de la empresa, en términos de sus resultados (pérdidas y ganancias).

Con el objetivo de realizar el correcto cierre fiscal y contable, es importante saber cómo realizar la regularización de cuentas. En este artículo, te contamos qué información necesitas y te mostramos con ejemplos prácticos cómo llevarla a cabo. 🔥

Asiento de regularización y resultado

¿Qué es el asiento de regularización?

En contabilidad, hay diferentes tipos de asientos contables, pero todos son importantes.

El asiento contable de regularización es una operación que se realiza con el objetivo de determinar si la empresa obtuvo beneficios o pérdidas al final del año:

  • si el saldo obtenido es acreedor → se habrá obtenido un beneficio,
  • pero si el saldo obtenido es deudor → se habrá obtenido una pérdida.

En la práctica, este asiento corresponde al penúltimo asiento del Libro Diario, el cual se realiza previo al asiento de cierre del ejercicio, puesto que para entonces todos los ingresos y los gastos deben estar contabilizados.

Cuando el ejercicio económico coincide con el año civil, dicha operación se realiza el 31 de diciembre.

¿Qué cuentas se utilizan en los asientos de regularización?

Dentro del ciclo contable, la etapa posterior al balance de comprobación de sumas y saldos, corresponde a la regularización contable.

Dicha regularización contempla:

  • las amortizaciones,
  • los deterioros,
  • las variaciones de existencias,
  • la periodificación contable,
  • la elaboración de pérdidas y ganancias,
  • y el cierre de las cuentas de los Grupos 6 y 7 en el Libro Diario y el Libro Mayor.

En esta oportunidad, realizaremos el asiento de regularización concentrándonos en el procedimiento a seguir para este último punto.

¿Cómo se hace el asiento de regularización? 4 pasos

1. Identificar las cuentas

Lo primero es ubicar y tener a mano las cuentas necesarias para llevar a cabo la regularización:

  • cuentas del Grupo 6 - Compras y gastos,
  • cuentas del Grupo 7 - Ventas e ingresos,
  • cuenta 129 - Resultado del ejercicio.

En el Libro Diario se harán dos asientos:

  • Asiento 1:
    • en el debe → la cuenta 129,
    • en el haber → las cuentas del Grupo 6 y 7 que tengan saldo deudor.
  • Asiento 2:
    • en el debe → las cuentas del Grupo 6 y 7 que tengan saldo acreedor,
    • en el haber → la cuenta 129.

Generalmente, las cuentas del Grupo 6 presentan un saldo deudor y las del Grupo 7 un saldo acreedor, a menos que haya habido devoluciones o descuentos.

2. Saldar las cuentas

Ahora, se debe anotar el saldo de cada cuenta en el lado donde la suma es menor, con el fin de igualar el debe con el haber y que su saldo sea cero.

En caso de querer determinar cuántas mercaderías no vendidas durante el ejercicio quedan, se debe hacer:

  • el asiento de variación de existencias,
  • el asiento de amortización del inmovilizado material e inmaterial,
  • y el asiento de regularización de pérdidas y ganancias.

3. Hacer el cierre de las cuentas

Las cuentas de los Grupos 6 y 7, ahora deben trasladarse a la cuenta 129. Para esto, se toma su mismo saldo y se ubica en el lado contrario para comprobar que se tenga el mismo valor en cada lado.

Por último, se cierran las cuentas del Libro Mayor, las cuales irán a configurar el asiento de cierre en el Libro Diario.

4. Regularización

Por último, se procede a procesar la información y a determinar el saldo al final del ejercicio, de manera que pueda establecerse si hubo pérdidas (saldo deudor) o ganancias (saldo acreedor).

Veámoslo con un ejercicio práctico.

Ejercicios de regularización contable resueltos con 2 ejemplos

Regularización contable: ejemplo con beneficio

Una pyme registra las siguientes cifras en sus cuentas:

DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(600) Compra mercaderías
8 200
3 400
13 400
25 000
DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(700) Venta mercaderías
6 900
7 000
7 600
21 500
DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(628) Suministros
2 200
6 800
5 400
14 400

Para determinar el resultado del ejercicio, lo primero que haremos es cerrar cada cuenta, anotando el saldo que tienen en el lado contrario. Es decir:

DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(600) Compra mercaderías
8 200 25 000
3 400
13 400
25 000
DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(625) Prima de seguros
500 5 400
1 950
2 950
5 400
DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(700) Venta mercaderías
22 500 6 900
8 000
7 600
22 500
DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(628) Suministros
2 200 14 400
6 800
5 400
14 400

Ahora, se traslada cada cuenta a la cuenta 129 - Resultado del ejercicio del libro mayor:

DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(759) Ingresos por servicios diversos
11 700 11 700
Libro mayor
DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(129) Resultado del ejercicio
25 000 22 500
5 400 11 700
1 000
31 400 34 200

En el libro diario, por su parte, se ubican:

  • las cuentas con saldo deudor → en el Haber,
  • y la cuenta 129 con el resultado de la suma de las cuentas que antes se han cargado al Haber → en el Debe.

Se hace de la siguiente manera:

Libro diario
DEBE

(Cuenta 129)

HABER

(Cuentas con saldo deudor)

31 400 25 000
5 400
1 000

De igual manera, las cuentas con saldo acreedor, se ubican en el Debe y en el Haber la cuenta 129:

Libro diario
DEBE

(Cuentas con saldo acreedor)

HABER

(Cuenta 129)

22 500 34 200
11 700

El saldo será la diferencia entre las cuentas del debe y las cuentas del haber registradas en el libro mayor. O sea:

Saldo Acreedor = 34 200 - 31 400 = 2 800

En otras palabras, los ingresos han sido mayores que los gastos y por tanto, la pyme ha obtenido un beneficio equivalente a 2 800 euros. Al haber un beneficio, se debe proceder a hacer el asiento de impuesto sobre beneficios con sus correspondientes anotaciones en el libro mayor.

Regularización contable: ejemplo con pérdida

Supongamos que la misma pyme registró, en cambio, el siguiente año, las siguientes cifras:

DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(600) Compra mercaderías
2 000
DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(700) Venta mercaderías
800

De nuevo, procedemos a cerrar las cuentas:

DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(600) Compra mercaderías
2 000
2 000
DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(700) Venta mercaderías
800
800

Y trasladamos la información al libro mayor:

Libro mayor
DEBE (saldo deudor) HABER (saldo acreedor)
(129) Resultado del ejercicio
2 000 800

Por último, calculamos el saldo deudor:

Saldo deudor = 800 - 2 000 = - 1 200

Este resultado, que sería negativo, indica que la empresa ha tenido una pérdida equivalente a 1 200 euros.

Luego de hacer la regularización, el ciclo continúa con el proceso de cierre de la contabilidad.

Por tratarse de una pyme, no habrá necesidad de trabajar los Grupos 8 y 9, aunque sí será necesario cerrar las crucetas del libro mayor y generar el asiento de cierre respectivo.

El asiento de regularización en definitiva

Dominar el asiento de regularización es clave para reflejar fielmente los resultados económicos de una empresa.

Este proceso garantiza la precisión en los estados financieros, facilitando decisiones estratégicas basadas en datos fiables.

La capacidad de realizar una regularización contable efectiva:

  • no solo asegura el cumplimiento fiscal,
  • sino que también ofrece una visión clara del desempeño financiero,
  • destacando áreas de mejora y oportunidades de crecimiento.

En resumen, una correcta regularización contable es el pilar que sostiene una gestión financiera sólida y exitosa. 💸

María Fernanda Aguirre

María Fernanda Aguirre, Editorial Manager

Ingeniera civil (Universidad Santo Tomás, Bogotá, Colombia) con máster en lenguas modernas de la Université Paul Valéry de Montpellier, Francia, María Fernanda trabaja como traductora, redactora y creadora de contenido. Hoy en día, combina sus habilidades analíticas con su amor por la escritura para crear contenido de calidad sobre diferentes temáticas y llevarlo más allá de las fronteras. Yoga, bienestar, recursos humanos y un sinnúmero de temas del mundo empresarial, cada asunto es tratado con precisión, con el objetivo de adaptarse a un público objetivo específico. Este camaleón idiomático es un verdadero apasionado por la lista de viñetas (¡el SEO forma parte de su ADN!).